Era un martes como cualquier otro en San José del Llano, un pequeño y tranquilo poblado del municipio de Badiraguato. Pero la calma que caracteriza a esta comunidad se rompió cuando el sonido de las balas comenzó a resonar en el aire.
Desde la mañana del martes 3 de septiembre, se reportaron enfrentamientos esporádicos entre grupos armados, pero fue durante la noche y la madrugada del miércoles 4 de septiembre cuando la violencia alcanzó su punto más álgido, dejando un rastro de muerte y desolación.
La comunidad, asustada y en alerta, intentaba mantenerse a salvo mientras los disparos se intensificaban en la oscuridad. Los habitantes, a través de redes sociales, empezaron a compartir mensajes de auxilio y reportes de lo que sucedía a su alrededor.
Fue por medio de estos testimonios que se supo de al menos dos personas fallecidas, aunque no se descartaba que la cifra pudiera aumentar a tres. Los rumores crecían mientras la incertidumbre y el miedo se apoderaban de San José del Llano.
Por la mañana, mientras el sol tímidamente iluminaba el caos de la noche anterior, las autoridades locales intentaron calmar la situación, negando inicialmente los enfrentamientos. Sin embargo, la evidencia era imposible de ignorar.
Las imágenes de vehículos abandonados, con impactos de bala, comenzaron a circular. Entre ellos, una camioneta pick up de color blanco, que parecía contar la historia de una noche marcada por la violencia.
Con el correr de las horas, la versión oficial tuvo que alinearse con la realidad que los pobladores ya habían compartido. Los elementos de los tres niveles de gobierno se movilizaron hacia San José del Llano, no solo para recabar información sobre lo sucedido, sino también para asegurar la protección de los habitantes, quienes vivían bajo una nube de temor e incertidumbre.
El poblado, que hasta hace poco disfrutaba de la tranquilidad de un día cualquiera, ahora se enfrenta a las consecuencias de una violencia que llegó sin previo aviso y que ha dejado una cicatriz en la memoria colectiva de sus habitantes. Las autoridades continúan su labor en el lugar, buscando dar respuesta a una comunidad que se pregunta cómo la violencia se instaló en su hogar y cuánto tiempo pasará antes de que la paz regrese a San José del Llano.